La Navidad, al menos para los habitantes del pequeño Estado de Brunéi, está lejos de ser un acontecimiento festivo. Por cuestiones religiosas, su sultán, Hassanal Bolkiah, prohibió por decreto sus festejos y quienes lo hagan y sean descubiertos serán penados con hasta cinco años de cárcel.
Brunéi es un estado musulmán, situado en el sudeste asiático. Para ellos la Navidad está prohibida. No así para los ciudadanos católicos, que equivalen a un 20% de los 420 mil habitantes. Pero deben hacerlo en secreto y con previo aviso a las autoridades. De lo contrario, también irán a prisión.
"Estas medidas de ejecución están destinadas a controlar el acto de celebración de la Navidad en exceso y abiertamente, lo que podría dañar la creencia de la comunidad musulmana", dijo el minsitro de Asuntos Religiosos, mediante un comunicado. La medida fue implementada por primera vez en 2014, aunque este año es más dura.
También está prohibido colocar árboles de Navidad, cantar villancicos, utilizar gorros característicos de esa celebración y enviar cartas con felicitaciones navideñas. Los funcionarios del mencionado ministerio recorren los comercios para controlar que cumplan esas reglas.
Brunéi está ubicado en el sudeste asiático. Posee una de las economías más ricas de la región, la cual se basa en el petróleo, el gas y el carbón. Fue un protectorado inglés hasta 1984.
Respecto a su sultán, es una de las personas más ricas del planeta. Su palacio tiene más de 1.500 habitaciones y cuenta con una colección de más de 5.000 vehículos de lujo, entre los que hay ocho McLaren de Fórmula Uno. Está en el poder desde la abdicación de su padre, en octubre de 1967. Tiene 69 años.
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