Bangladés (MNN).- Cuando se habla de “persecución” en Bangladés, esta ya no se limita solamente a los obreros del evangelio. Bruce Allen, quien sirve con Forgotten Missionaries International (Misioneros Olvidados Internacional, FMI por sus siglas en inglés), indica que los militantes islámicos ejecutaron públicamente a un bloguero secular, que no se adjudicaba ninguna fe. Otros escritores, intelectuales y líderes cristianos también han sido blanco de violencia: “Es una amenaza en contra de algunos de los elementos religiosos radicales que hay dentro del país. Quieren silenciar a cualquiera que no esté de acuerdo con ellos”.
Los extremistas llaman “blasfemos” o “apóstatas” a estas personas. A pesar de que la constitución permite la libertad de religión, el mensaje contradictorio es: “Somos una sociedad secular Y el islam es nuestra religión estatal”. Allen señala que los socios de FMI saben que es peligroso compartir el evangelio, sin embargo: “Tenemos tantas oportunidades para distribuir las Escrituras, para el evangelismo en Bangladés. Cuando me reuní, hace poco, con nuestro equipo de liderazgo nacional allá, dijeron: ‘Sí, hay obstáculos para el ministerio aquí, pero estamos dispuestos a correr esta carrera'”.
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