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Publicado el junio 2, 2015de unidoscontralaapostasia

Mario E. Fumero

Honduras vive una situación calamitosa frente a los múltiples escándalos de corrupción que envuelven a todos los partidos políticos e instituciones civiles. Hemos visto como los tentáculos de esta despiadada cadena de actos delictivos han socavado los cimientos de toda la sociedad, invadiendo incluso hasta las Iglesias Cristianas.

No debemos asustarnos de la dimisión actual de esta corrupción en Honduras, porque la misma ya es una epidemia a nivel mundial, y ni se libra el deporte, pues hoy enfrentan los escándalos más terribles de una corrupción que pone entre dicho a muchos ejecutivos de la FIFA y la CONCACAF.

¿Donde no hay corrupción? Díganme donde, para ir a vivir allí, porque sería un paraíso imposible de alcanzar en estos tiempos que vivimos. Ser corrupto se ha convertido en una epidemia endémica difícil de erradicar en un mundo cada vez más degradado e injusto, en donde el materialismo brutal arrastra a la ambición que conduce a la codicia. Vemos con asombro y tristeza como uno de los países mas íntegros de América, sin deuda externa, y que ha sido un modelo ejemplar de honestidad, hoy está siendo sacudido por actos de corrupción, nada menos que por parte del hijo de la presidenta de esa nación, me refiero a Chile. Sí, Chile, el cual siendo un modelo de honestidad, está siendo víctima de una corrupción, y es por ello que la presidenta Bachelet tuvo que despedir a todo su gabinete de gobierno. ¿Qué podemos esperar entonces de los demás países Latinoamérica?

Hoy la corrupción reina abiertamente en Venezuela, México, España, Guatemala, El Salvador y si sigo, tendríamos una larga lista, pues de ella no se libra nadie, mucho menos Honduras. ¿Y quiénes son los corruptos? Nada menos que aquellos elementos que deberían ser ejemplos, porque están situado en los altos niveles de la sociedad, política y religión. La misma está enquistada en aquellos que ostentan poder, dinero y dominio, pero se ha extendido hasta las partes más bajas de la sociedad, enquistándose en las fuerzas de seguridad y tribunales de justicia dentro de muchos países, y de ella no se libra ni los Estados Unidos de Norte América.

Pero ¿A qué se debe esta corrupción generalizada? Si observamos las profecías Bíblicas, encontraremos referencias a este fenómeno, la cual va acompañada de la violencia. Jesús dijo que los últimos tiempos antes de su venida, la humanidad viviría como los días de Noé (Mateo 24:37). ¿ Y cómo eran esos días? Génesis capitulo 6 y verso 11 describe claramente como era esa civilización; estaba llena de corrupción y violencia. Este fenómeno produce una crisis de confianza, por lo cual, y debido a la maldad, el amor de muchos se enfría (Mateo 24:12). Hasta en las Iglesias Cristiana, que deberían ser un modelo de integridad y transparencia, se ven actos que evidencian una corrupción alojada en la mal llamada teología de la prosperidad, que no es otra cosa que la teología de la codicia, injusta dentro de un mundo lleno de pobreza y miseria.

Es por ello que ser honesto es ser tonto, imbécil, y desfasado. La presión social hace que muchos caigan en el juego de la corrupción, porque para que hayan corruptos, tiene que haber corruptores y ambiciones. Si todos fuéramos íntegros, no tendríamos corruptos, ni estaríamos en iglesias con hombres amadores de sí mismo y suntuosos (Jeremías 5:28). Tampoco votaríamos por aquellos que buscan en el poder, no para servir al prójimo, sino para el enriquecimiento y poder que lo lleva a la corrupción. Tristemente, no hay un sector de la sociedad en donde los tenáculos de esta cáncer llamado corrupción no haya entrado, porque tristemente la integridad se ha perdido.

mariofumero@hotmail.com

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