agosto 31, 2014
Hemos visto en la historia del cristianismo como la iglesia, al perder la verdad bíblica, se ha ido amalgamando con los sistemas dominantes, con los cuales se ha aliado hasta fundirse. Fue así como la iglesia cristiana se hizo partícipe de la corrupción del Imperio Romano, cuando Constantino con el supuesto cuento de su visión[1], promulgó el edicto de tolerancia (313 d.c.) convirtiendo a la iglesia perseguida en una institución del estado, llegando ésta a tener más poder que el mismo emperador, para después, con la caída de Roma por la invasión de los bárbaros (476), resurgir con más poder, naciendo la Iglesia Católico Apostólico y Romano, que controló todo el mundo Europeo durante la etapa de la Edad Media. Todos los gobiernos humanos, con sus sistemas ideológicos, son pasajeros y efímeros, por lo que la Iglesia corre el riesgo de perder su identidad eterna si entra en unas relaciones con éstos, pues tarde o temprano se comprometerá con el sistema dominante. Esta unión (alianza iglesia y estado) atenta contra el principio básico del reino de Dios, pues hace a la iglesia co-partícipe de los errores humanos, perdiendo su influencia al ser cómplice de las injusticias y corrupción institucional, ya que todo sistema de gobierno humano está dominado por personas pecadoras, carentes de una vida del Espíritu, y no pueden juzgar con justicia y sabiduría de Dios pues:
“El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede comprender, porque se han de discernir espiritualmente. (1 Corintios 2:14))
Y aunque hubiera cristianos en algunas posiciones claves, siempre predominarán los pecadores, que influirán de acuerdo a su mente carnal.
EL PELIGRO DE LA POLITIZACIÓN EVANGÉLICA
¿Qué ocurriría si todos los gobernantes fuesen cristianos? Se correría el peligro de imponer por medios impositivos los principios cristianos a toda la sociedad, sin tomar en cuenta que para vivir rectamente hay que “nacer de nuevo”. Tenemos el ejemplo de España, donde el Nacional Catolicismo impuso, en la época de Franco, un estilo de vida de acuerdo a los dictámenes de la Iglesia, llegándose a reprimir todos aquellos grupos que no fuesen católicos (masones, comunistas y protestantes eran los enemigos del Estado). Se prohibió la planificación familiar, la libertad de cultos, el divorcio, lo cual hizo proliferar el engaño, los hijos ilegítimos y otros tantos problemas sociales. Con la instauración de la democracia, España fue invadida por una desenfrenada libertad sexual, y porno-gráfica que se generalizó, llegándose a lograr, como contra-partida a los tabúes y principios morales impuestos en el pasado, una sociedad demasiado tolerante y permisiva[2].
CORRIENTES TEOLÓGICAS POLÍTICAS
En esta última década del siglo XX vemos como la Iglesia Evangélica, que ha vivido al margen de las alianzas con el Estado, está siendo arrastrada, paulatinamente, hacia una relación con la política y los poderes existentes en su entorno. Este alineamiento de la iglesia con el Estado, se ha ido fecundando a través de un proceso nacido por dos corrientes “teológicas” de inclinaciones diametralmente opuestas:
(1) LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN; (En declive con el fracaso del comunismo) Teniendo su origen en Alemania, pero encontrando su arraigo en los países del Tercer Mundo, los cuales encontraron en ella una expresión para justificar la lucha contra las fuerzas opresoras y dominantes del capitalismo, y las dictaduras militares existentes en América Latina.
(2) LA TEOLOGÍA DEL REINO; (En aumento en los países capitalistas e industrializados) Emanada del énfasis nacido de la mal llamada “teología de la prosperidad”. Por medio de ella se impulsa a la Iglesia para que participe activamente en la política, buscando establecer por medio de la conquista del poder gubernativo, el reino de Dios aquí, y ahora.
Cada uno de estos grupos fabrican una hermenéutica interpretativa muy sutil, tergiversando los hechos, para adaptarlos a nuestros tiempos.
LA HERMENÉUTICA TEOLÓGICA
La TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN; toman situa-ciones del pasado, las descontextualiza del sentido original, para fabricar puntos de apoyo con los cuales sustentar sus principios. Ejemplo; partiendo de las bienaventuranzas, algunos revolucionarios interpretaron su teología de la liberación tomando la expresión: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mateo 5:6), y expresan el deber de llevar a los pueblos a una lucha armada para conquistar los derechos usurpados por la clase dominante, justificándose el uso de la violencia como medio de justicia. Se hace toda una hermenéutica de la liberación de Egipto por Moisés para co-relacionarlo con las luchas de los pueblos en su búsqueda de la libertad, y conquistar así “su tierra prometida”. Egipto representa la opresión, simboliza el poder dominante “del capitalismo e imperialismo” y la tierra prometida es “la nueva sociedad” que se establecería, por medio de una dialéctica que entremezcla el marxismo, con el cristianismo.
La TEOLOGÍA DEL REINO; trata que la Iglesia se introduzca dentro del sistema para que influya, cambiando las leyes injustas e inmorales, y forjando un sistema terrenal que sea regido por los principios del reino de Dios. Ambas corrientes buscan un mismo fin por distintos caminos. Aunque los medios empleados son diferentes, el propósito de fondo es el mismo; cambiar la injusticia, y establecer por medio de la Iglesia un gobierno humano perfecto, por lo que se corre el riesgo de que los cristianos alineados políticamente pierdan su sentido eterno del reino, para inmiscuirse en objetivos que los aparten de la gran comisión dada por Jesucristo. Esta corriente no sólo impulsa a los creyentes a la participación en política, sino que compromete a la Iglesias y sus líderes en las campañas partidistas, para que una vez en el poder, establezcan leyes que moralicen al hombre, sin llevarles a una profunda y personal experiencia con Dios.
Ambas corrientes están fuera de la realidad bíblica sobre el plan de Dios. Lo primero que debemos establecer es que el reino de Dios no es, en sentido absoluto, un sistema político establecido por el hombre aquí, y ahora Jesús afirmó:
“-Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos. Ahora, pues, mi reino no es de aquí” (Juan 18:36).
El reino proclamado en los evangelios es aquel que naciendo del arrepentimiento, da origen a una gran familia de toda tribu, lengua y nación, llamada “Iglesia”: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mateo 3:2). Este reino está en la persona de Jesús, no en una ideología o filosofía materialista, dialéctica o política. Cuando se nos habla del reino que heredaremos, no se hace alusión al sistema de cosas aquí existentes, sino a un reino eterno, que será establecido después del juicio final, cuando el Señor separe a los buenos de los malos,” Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “¡Venid, benditos de mi Padre! Heredad el reino que ha sido preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” (Mateo 25:34).
¿CUAL DEBE SER NUESTRA POSICIÓN?
Pese a que no debemos aspirar, de forma utópica, al establecimiento de un reino perfecto en la tierra, como fruto del esfuerzo humano, y a pesar de que la Iglesia no debe abrazar una postura política concreta, los cristianos no podemos evadir nuestras responsabilidades sociales, ni nuestra influencia como sal y luz del mundo. La Iglesia tiene un compromiso evangélico con su entorno, el cual no podemos evadir con una falsa espiritualidad,[3] ya que también hay grupos extremistas, que como los ermitaños, evaden el reto del necesitado y marginado, ignorando la necesidad existente en su marco. Es por ello que debemos:
PRIMERO: Hacer sentir nuestro amor y testimonio ya que somos; “Linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.” (1 Pedro 2:9), y que debemos vivir como tales dentro del sistema dominante, sin corrompernos, ni escapar de ellos para formar una sociedad aparte, enclaustrada en conventos de prejuicios y aislamiento. Jesús dijo en su oración de despedida en la santa cena: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del maligno.” (Juan 17:15).
Debemos ser las manos, los pies, la boca del Señor en este mundo. Debemos proclamar la verdad y la justicia sobre toda mentira y engaño del diablo, y vivir como aquellos primeros cristianos: ” Alabando a Dios y teniendo el favor de todo el pueblo. Y el Señor añadía diariamente los que habían de ser salvos” (Hechos 2:47).
Debemos remediar el dolor humano y establecer, como parte del testimonio de amor, programas que ayuden a la comunidad dentro de la cual vivimos, comenzando dentro de nosotros:
“Si alguien no tiene cuidado de los suyos, y especialmente de los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.” (1 Timoteo 5:8)
Para que como dice San Pablo:
“No digo esto para que haya para otros alivio, y para vosotros estrechez; sino para que haya igualdad. En este tiempo vuestra abundancia supla lo que a ellos les falta, para que también la abundancia de ellos supla lo que a vosotros os falte, a fin de que haya igualdad;” (2 Corintios 8:13-14).
Debemos ayudar a los enfermos, atender a los hambrientos, denunciar la injusticia que nos afecta, buscar a los drogadictos, perdidos y desahuciados, y extenderles la mano, llenando cualquier vacio que el gobierno o la sociedad no llene. Si no hay escuelas, u hospitales, o centro de asistencia a los huérfanos, debemos tomar la iniciativa de hacerlo, en la medida de nuestras posibilidades, pero jamás actuar para competir, o establecer negocios. Para hacer el bien no es necesario abrazar una ideología política determinada. Tampoco debemos luchar porque la moral se imponga por medios represivos, aunque debemos luchar contra todo lo que pueda afectar al pueblo de Dios, y a la moral social dentro de una perspectiva informativa y de proclamación del evangelio, pero no usar, ni aprobar métodos violentos para obtener estos fines. Recordemos que los cristianos primitivos no lucharon contra la esclavitud dominante en su entorno, aunque dentro de la Iglesia la misma quedó abolida: “Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” (Gálatas 3:28)
SEGUNDO: Debemos someternos a las autoridades existentes dentro del orden establecido, sea del sistema que sea, y respetar el régimen imperante en todo lo que no contravenga la Palabra de Dios, como dice Romano 13:1-5:
“Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios; y las que hay, por Dios han sido constituidas. Así que, el que se opone a la autoridad, se opone a lo constituido por Dios; y los que se oponen recibirán condenación para sí mismos. Porque los gobernantes no están para infundir el terror al que hace lo bueno, sino al que hace lo malo. ¿Quieres no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás su alabanza; porque es un servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no lleva en vano la espada; pues es un servidor de Dios, un vengador para castigo del que hace lo malo. Por lo cual, es necesario que estéis sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por motivos de conciencia. “
Debemos participar en todo lo que sea considerado “un deber ciudadano”, como; votar, pagar los impuestos, expresar por los conductos legales mi punto de vista en las leyes que se puedan establecer, y respaldar todo aquello que sea para el bien común. ¿Puede un cristiano participar en política, y ser candidato?. Debemos entender que en nosotros operan, como en Jesús, dos naturalezas, la espiritual; que es la vida de la Palabra, y de la nueva criatura en la comunidad, llamada iglesia; adorar, vivir en santidad y temor de Dios, predicar su palabra, etc, y la humana, o natural, que está en nuestro quehacer diario dentro del sistema en que vivimos, y al cual nos sujetamos; trabajo, deberes ciudadanos, relaciones sociales etc. Debemos entender que los deberes espirituales nunca anulan los naturales, pues: “Lo espiritual no es primero, sino lo natural; luego lo espiritual.”(1 Corintios 15:46).
Cualquier hermano puede asumir puestos públicos o políticos con tal que sepa colocar cada cosa en el lugar correcto, y tenga bien definida la escala de valores morales y sociales. Sin embargo el dilema puede surgir cuando el que aspire a un puesto político sea un hermano que ejerce una función de autoridad espiritual, y de liderato en la iglesia. El problema está a la hora de actuar dentro de la política, ¿Cómo puede hacer para no involucrar a la iglesia? . La Iglesia no debe alinearse a favor de un partido, ya que reconocemos que hay aspectos negativos y positivos en cada grupo político, y como cristianos, debemos apoyar aquellas ideas que no atenten contra nuestros principios, pero dentro de un marco de libre conciencia y pluralismo político, ya que, gane quien gane, la Iglesia deberá respetar y sujetarse a las autoridades elegidas por el pueblo, y subsistir dentro de cualquier régimen dominante.
POLÍTICA; IGUAL A CORRUPCIÓN
El gran conflicto de la política y el cristiano radica en que dentro de este mundo hay mucha corrupción, engaño, demagogia y a veces contradicciones, por lo que se corre el peligro de comprometer el testimonio cristiano de una Iglesia a favor de un candidato, el cual, una vez en el poder, y bajo las influencias de intereses creados, cometerá errores de conducta que repercutirán en aquellas iglesias que públicamente le respaldaron. Podemos orientar a nuestras congregaciones de una forma no comprometedora en algunos aspectos del discernimiento político, pero jamás debemos comprometer el nombre de la Iglesia Evangélica a favor de tal o cual corriente política. La neutralidad es vital para la salud y unidad del pueblo de Dios, y para lograrlo debemos meditar en las palabras de Jesús cuando dijo: “Por tanto, dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” (Mateo 22:21).
Cada cosa tiene su lugar, y no debemos mezclar las cosas del reino humano con las del reino Eterno. Debemos tener precaución, y dar libertad de conciencia a los miembros, sin comprometer el testimonio de la iglesia, sabiendo diferenciar lo que es de Dios, y lo que es de este siglo. Es cierto que habrá un gobierno terrenal en el cual el Mesías reinará con su pueblo Israel, pero este hecho es transitorio, ya que después de un tiempo de reinado, Satanás será soltado para volver a engañar a las naciones, (Apocalipsis 20:7-8) y esto no tiene nada que ver con la misión de la iglesia, la cual reinará en aquel lugar al cual Jesús fue a preparar lugar para nosotros, como dice San Juan 14:1-3.
No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay. De otra manera, os lo hubiera dicho. Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo esté, vosotros también estéis.
Busquemos el equilibrio en todo para ser sanos en la fe, y sepamos diferenciar LAS COSAS NATURALES DE LAS ESPIRITUALES.
“EL QUE CALLA OTORGA”
Ser pastor, o líder religioso, conlleva una serie de responsabilidades ineludibles, por lo cual debemos saber asumir dicha función en todas las áreas de nuestro quehacer. No podemos ser cobardes, débiles o irresponsables en la acción que emprendamos para defender y proteger al rebaño que el Señor nos ha encomendado, ni debemos cuidar nuestra imagen social, a costa de dañar nuestra responsabilidad en relación a la grey del Señor, dando lugar a los falsos profetas, que en estos tiempos se levantan con maquillajes de “evangélicos”, pero llevan al engaño a miles de incautos creyentes.
Debemos ser conscientes que la obediencia de los hermanos a sus pastores, envuelve una responsabilidad tremenda de estos delante de Dios, como dice la Palabra en Hebreos 13:17:
“Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría y sin quejarse, pues esto no os sería provechoso.”
ENFRENTANDO LOS TIEMPOS ACTUALES
Sé que la tolerancia, el pragmatismo, la diplomacia, y el relativismo se hán infiltrado dentro de la iglesia, y muchos pastores parecen más “políticos”, que atalayas del rebaño. También reconozco que hay muchos intereses creados que influyen con manipulaciones, a través de viajes o dádivas, a incautos pastores, obteniendo el apoyo de éstos a sus ideas, o énfasis radicales, aunque estén en contra de algunos criterios doctrinales. Así trabajan algunos movimientos ecuménicos. Pero ¿aceptamos que estamos en una época de peligros heréticos y doctrinales?. ¿Debemos callar frente al engaño, manipulación y seducción que algunos movimientos pseudo- evangélicos hacen, para atraer a las ovejas de otros rebaños a su actitud sectaria?. ¿Cuál hubiera sido la postura de los primitivos cristianos si les hubiera tocado vivir los tiempos actuales, y como enfrentarían algunas corrientes dominantes?.
He sido visitado por promotores de ciertos movimientos sectarios, y he visto como con sutileza me han ofrecido viajes, hoteles, viáticos para asistir a sus conferencias de alineamiento, y astutamente, escondían el fin que buscaban. Puedo citar entre ellos a la secta de Moon, con un movimiento de “unida cristiana para la paz mundial”, y en la cual han caído muchos evangélicos fundamentalistas. También grupos seguidores de la prosperidad, liberación y ecumenismo han hecho incursiones en pastores, para llevarlos a reuniones que aparentemente parecen de unidad, pero en el fondo son de manipulación y programación.
No estoy en contra del respeto, la colaboración y la solidaridad en acciones para el bien común con cualquier grupo o corriente religiosa, siempre y cuando mantengamos claros nuestros principios bíblicos y de conducta, pero no debo dejar que a costilla de la relación, se siembre la confusión. Considero que para andar juntos, hay que estar de acuerdo, y vivir bajo un mismo principio. No podemos hacer ningún tipo de yugo con los incrédulos.
REALIDADES BÍBLICAS DE APOSTASIA
En este libro he expresado mi criterio, he establecido un parámetro bíblico para definir nuestra actitud ante el engaño de los falsos profetas y los extremos que hoy más que nunca se proliferan. ¿Cuál sería la posición bíblica al respecto?
POSICIÓN BÍBLICA
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces. (Mateo 7:15)
“Si aquellos días no fuesen acortados, no se salvaría nadie; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. Entonces, si alguien os dice: “Mirad, aquí está el Cristo”, o “Está acá”, no le creáis. Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y darán grandes señales y maravillas de tal manera que engañarán, de ser posible, aun a los escogidos. (Mateo 24:11-24)
“Porque no he rehuido el anunciaros todo el consejo de Dios. Tened cuidado por vosotros mismos y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo os ha “Porque no he rehuido el anunciaros todo el consejo de Dios. Tened cuidado por vosotros mismos y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo os ha puesto como obispos, para pastorear la iglesia del Señor, la cual adquirió para sí mediante su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces que no perdonarán la vida al rebaño; (Hechos 20:27-29)
“Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus engañosos y a doctrinas de demonios. Con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia. Prohibirán casarse y mandarán abstenerse de los alimentos que Dios creó para que, con acción de gracias, participasen de ellos los que creen y han conocido la verdad.” (1 Timoteo 4:1-3)
“Pues entre éstos están los que se meten en las casas y se llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas pasiones, que siempre están aprendiendo y nunca logran llegar al conocimiento de la verdad. (2 Timoteo 3:6-7)
Pudiéramos dar muchas citas, pero creo que con todas estas tenemos suficientes. Si la apostasía, el engaño, el fraude, la verdad manipulada y el negocio descarado de lo religioso (simonía) están presentes en algunas personas o movimientos sectarios, ¿qué debemos hacer?. Si callamos, otorgamos a estos el que engañen aun a los escogidos. Se que la mente positivista y diplomática ha invadido algunos buenos pastores, que piensan que en la búsqueda de la unidad “todo cabe”, y que debemos tener tolerancia, confundiendo la tolerancia con la permisividad. Yo respeto tus ideas, pero no puedo defenderlas, ni ser participe de ellas. No debo permitir que las mismas me identifiquen con tu error. El andar junto envuelve además de un compromiso, una rectitud en el quehacer. Al respecto escribe John R. W. Stott: ” Frecuentemente se dice que los pastores deben ser siempre positivos en sus enseñanzas, nunca negativos. Pero los que dicen esto, o no han leído el Nuevo Testamento, o lo leyeron en desacuerdo. El Señor Jesús y sus apóstoles dieron el ejemplo, y declararon la responsabilidad de ser negativos al rechazar el error.”[4]
CUANDO LA VERDAD SE MANIPULA
Cuando alguien manipula la verdad, y proclama el engaño, o se sale de la doctrina, debemos confrontarlo en la medida en que su mensaje nos afecte. Hay que ser firme con el que no anda rectamente: “Pero aun si nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como ya lo hemos dicho, ahora mismo vuelvo a decir: Si alguien os está anunciando un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema. (Gálatas 1:8-9). Debemos resistir el error con firmeza, desenmascarar las falacias[5], y ser firmes y drásticos con las manipulaciones. Se que algunos dirán; ¡Pero esto es falta de ética!. La ética termina cuando, la verdad comienza, además debemos combatir el espíritu del pragmatismo que inunda las reuniones ministeriales. El pragmatismo, de boga en la sociedad norteamericana, es una fuerte corriente filosófica que inunda la teológica y la gran mayoría de enfoques actuales. Se basa en la idea del principio de que todo es correcto siempre y cuando sea un medio para alcanzar un fin o aquello deseado. Este principio se afianza por ejemplo en la idea de que “si todos nos unimos seremos más, fuertes para reclamar derechos, y si algo funciona bien es valedero” sin pensar si en esa unión tendremos que renunciar a principios o testimonio.
Debemos resistir con serenidad, pero firmes las ideas y acciones que vayan en detrimento del evangelio. Hay que desenmascarar el engaño, en cualquier forma que se presente: Doctrinal, mercantil, manipulador, proselitista, etc. y señalar todo aquello que no sea recto o correcto, no como jueces, sino como atalayas de la verdad. Debemos desenmascarar a los lobos vestidos de ovejas, y analizar sus acciones fraudulentas, las cuales se esconden debajo de una careta de falsedad y falacia.
En nuestros tiempos somos dados a recibirlo todo, sin probarlo antes de trasmitirlo. En la metodología de enseñanza secular, e incluso religiosa, se ha eliminado la libertad de cátedra, para alinear a los estudiantes bajo una determinada influencia. No discutimos ideas, ni presentamos defensa de nuestra fe frente a cosas que se salen de la lógica y hermanéutica. No somos críticos por miedo a faltar al amor. Sin embargo el amor debe preservar la verdad, y combatir el error, la mentira y la injusticia. Ser analítico en estos tiempos es importante por varias razones: Para preservar la verdad pura de Dios, y para afirmar nuestra fe sobre principios que produzcan convicción y no tan solamente emociones.
POSICIÓN CORRECTA A LA CONDUCTA ERRÓNEA
Si analizamos detenidamente la forma de actuar de los primitivos cristianos, notaremos lo firme que estos fueron con algunas personas, que siendo “hermanos”, se comportaron de una forma incorrecta. Veamos algunos ejemplos:
1- Habían hermanos que aunque parecían ser discípulos de Cristo, sus vidas eran incorrecta en el área moral, pues vivían llenos de pecados y concupiscencias. Es por ello que el apóstol Pablo ordena: “Que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuera fornicario, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis” (1 Corintios 5:11). Notemos la expresión “con el tal ni aun comáis”, ¿No es ésta una expresión fuerte?. Si leemos el contexto, verso 10, notaremos que esa actitud no debe ser igual para aquellos que están en el mundo, y no han conocido a Dios.
El mismo Jesús comió con los pecadores, como Zaqueo[6], sin embargo fue duro y tajante con los religiosos de su época.[7]
2- Si una persona se apartaba de la verdad, y no perseveraba en la doctrina de Cristo, la posición ordenada por el apóstol Juan fue todavía más dura y firme al respecto:“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!, porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras” 2 Juan 9-11.
Notemos los términos“y no persevera”, además se ordena que “no le recibáis en casa” y repite dos veces que no le diga ¡Bienvenido!. ¿No es ésta una actitud firme frente al engaño y fraude religioso?.
3- También la Palabra establece que:“ Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo” (Tito 3:10).Y en el versículo posterior afirma que esto hay que hacerlo porque se ha pervertido, y por lo tanto, está condenado.
4- Referente a los que andan desordenadamente en su vida laboral y social, el Apóstol Pablo también es muy severo. En 2 Tesalonicenses 3:14-15 se define la actitud cristiana frente a esos hermanos que no quieren trabajar, y se meten en lo ajeno, viviendo una vida desordenada. Sería bueno analizar todo este capítulo detenidamente.
Por esta, y otras muchas razonemos, escudriñemos y equilibremos todos los puntos de vista, y cuando tengamos las ideas claras, sin contienda ni rebeldía, vivamos esa realidad con toda humildad y sencillez de corazón, para que la Palabra nos preserve de los peligros dominante en los tiempos actuales.
23 “LA BIBLIA A SU GUSTO”
Cuando me convertí al evangelio, y mientras estudiaba para sacerdote católico (Cuba 1968), comprendí que la Biblia católica que usaba para combatir a los “protestantes” estaba plagada de notas al pie de página, tratando de aclarar versículos oscuros que en su contenido eran el arma en la cual se apoyaban los evangélicos (protestantes) para atacar los errores de la Iglesia Católica. Fue después de la reforma, y en el concilio de Trento[8], que la iglesia decidió publicar la Biblia, incluyendo los libros apócrifos. Lentamente se impuso su uso, y según se iban divulgando las escrituras, como réplica a la reforma, se incluían en las versiones de la Biblia católicas las notas al pie de página, explicando los pasajes difíciles que atacaban doctrinas católicas, para manipular de esta forma la interpretación bíblica, y llevar a los lectores a una manipulación mental que anulara la libre e inteligente interpretación bíblica.
EL PRINCIPIO DE LA REFORMA
La Reforma proclama la libertad de conciencia, por lo que cada creyente podía tener acceso directo a la Palabra de Dios sin el uso de intermediario, interprete o manipulación.
En mi lucha contra los “protestantes”, en Cuba, usaba aquel pasaje en donde se hablaba de los “Hermanos de Jesús”, y al pie de página de la Biblia Católica decía que eran “primos hermanos”, hijos de Isabel, hermana de María. Una de las mejores versiones Católica es la ”Biblia de Jerusalén”, aunque contiene notas interpretativas, pero mantiene un poco la moderación al respecto.
Cuando descubrí la Biblia usada por los Evangélicos, (la clásica Reina-Valera) me llamó la atención su sencillez, pues carecía de comentarios. Muchos predicadores y maestros de la Palabra afirmaban que la Biblia evangélica no tenía notas, como las versión católica, para evitar manipular la mente de los creyentes, pues mediante el trato directo del Espíritu Santo[9] y del estudio de la Palabra tendríamos la iluminación necesaria para aprender, ya que “la misma Biblia es su propia interprete”, regla que rige nuestra hermanéutica.
Siempre he considerado que las Biblias con notas es de estudio, y la interpretación dada a muchos pasajes, obedece al punto de vista de aquel, o aquellos, que la diseñaron, pero debemos distinguir entre lo que es Palabra de Dios y comentarios de los hombres.
Se condenó a la Biblia Católica, por su manipulación interpretativa, pues distorsionaba el verdadero sentido del escritor, pero ; ¿hasta dónde hemos llegado nosotros?.
EL GRAN NEGOCIO DE LAS BIBLIAS
Actualmente se han fabricado Biblias de estudios con enfoques interpretativos para todos los gustos. Si deseas una tradicional, esta la “Biblia de Scofield”, pero si eres muy pentecostal tienes la “Biblia Pentecostal”. Si deseas hacer “discípulo”, ahí tienen la “Biblia del discípulo”. Para los que buscan promesas, ésta la de la “promesa”. Para los que desean un enfoque de experiencias ésta la “Biblia de la experiencia con Dios”, y si perteneces a la doctrina del recobro, ellos tienen su propia versión, sin ignorar la de los “Testigos de Jehová”. Entre todas, la que más me llama la atención es la “Biblia de la Plenitud”, por su contenido centrado, y sus notas en hebreo y griego, pero así y todo, tengo mis reservas, pues cuando tantas versiones de estudio se proliferan entre personas poco expertas en las escrituras, más propensos a la confusión estamos.
Cuando analizamos un texto dentro de un enfoque establecido en una Biblia de estudio, no podemos negar que el punto de vista de esas notas van a influir en nuestro criterio, y muchas veces dejamos de razonar, para digerirlo todo, sin aplicar nuestra propia exégesis interpretativa. La forma de pensar, y las ideas, determinan nuestro punto de vista teológico. Es igual a tomar los elementos de una comida, y variarlos a mi gusto, y no seguir las reglas de la gastronomía, creando algo nuevo. A través de ciertos énfasis, o doctrinas parciales, fabricamos mercantilmente una versión bíblica de estudio, y aunque esto es rentable, puede ser peligroso. ¿Cómo enseñar la analítica hermenéutica a hermanos que siguen más los comentarios de estas Biblias, que una dinámica apologética e interpretativa?. ¿Qué ocurrirá si en muestras iglesias, cada cual tiene una Biblia de estudio, con énfasis y enseñanzas diferentes?. ¿Será correcto esto?. La Biblia es la Biblia, sin censura ni manipulación. Si deseamos una exégesis, o comentario, pues amen, pero hágase aparte, usando para ello libros de consulta, y apoyar nuestro estudio en la Palabra, pero no permitamos que notas y aclaraciones inunden nuestras Biblias y predeterminen nuestra interpretación. Una buena Biblia, con una buena concordancia es lo que necesitamos, lo demás debemos recibir de nuestros pastores e iglesias. Si hay que reforzar el conocimiento teológico, busquemos libros que nos ayuden, pero, por favor, no hagamos que con el tiempo estas costumbres nos lleven a cometer errores de procedimientos interpretativos, que lentamente hagan aumentar la confusión que ya vive nuestra fe.
UN MERCANTILISMO SIN PRINCIPIOS
Cuando contemplo la tendencia mercantil de algunas organizaciones para-eclesiásticas, descubro que hemos cambiado el fin por el medio, y pregunto ¿A dónde iremos a parar?.
Es de todos sabido que “Sociedades Bíblicas Unidas” es una empresa cuyo fin era la propagación de las Escrituras al mundo perdido. Cuando Reina-Valera tradujo las escrituras al español, lo hicieron tomando los textos bizantinos, eliminando aquellos libros catalogados como apócrifos. A través de largos años de luchas, martirios y persecución, los promotores de la Palabra distribuyeron las escrituras, sin notas, ni comentarios, ni libros apócrifos; proclamando la gran verdad de que “la Palabra es su propia intérprete”. Esta idea chocó con los principios dominantes en la Iglesia Católica de su época, por lo cual muchos fueron llevados al martirio de la “Santa Inquisición”.
A lo largo de la historia del “protestantismo” la Palabra de Dios, sin adulteración ni contaminación, floreció por Europa. Entonces apareció una Biblia con notas y libros apócrifos. Muchas doctrinas católicas fueron apoyadas por estos libros, y cuando algún texto de los demás libros podían prestarse a contradicción con el quehacer del catolicismo, se ponía una nota al pie de página, para manipular el sentido, y hacerle decir al texto, lo que éste no decía.
La Iglesia Católica, después del Concilio Vaticano II, dio un viraje hacia la Palabra de Dios. En algunos grupos hay un florecimiento del evangelio, aunque sin dejar costumbres o tradiciones paganas como; la exaltación de María, la intercesión por los muertos, el bautismo de los niños[10], el purgatorio etc. La Iglesia Católica, (mayoría dentro del cristianismo[11]) cuenta con todos los recursos para producir y potenciar por sí misma su propia versión. Sin embargo Sociedades Bíblicas se han dado a la tarea de hacer una Biblia llamada “evangélica” con los libros apócrifos,[12] publicándola en el 1979 con el título “DIOS HABLA HOY”, y aprobada por el CELAM. Actualmente el ecumenismo ha arropado a Sociedades Bíblicas, y teólogos católicos han entrado a formar parte del equipo que revisa las escrituras, por lo que se ha publicado la misma Biblia con notas, y otras modificaciones que promueven, no solo la doctrina católica, sino que desarma a los evangélicos para defender algunos principios doctrinales.
“Sociedad Bíblica”, nació con apoyo de la Iglesia Protestante para satisfacer la necesidad de ésta. En el pasado sus servidores fueron víctimas del martirio de la Inquisición por distribuir la llamada Biblia de los herejes, “Reina-Valera”. Hoy Sociedades Bíblicas Unidas está al servicio de los intereses dominantes. Se han producido cambios substanciales en algunos textos[13], que llegan a desvirtuar puntos doctrinales evangélicos. Frente a este proceso de ecumenización, pocos dicen algo. Algunos tienen miedo de hablar, otros no entienden, muchos ignoran las realidades profundas de las maniobras del ecumenismo y la “Nueva Era” a nivel mundial.
Debemos vivir en tolerancia y respeto, y en algunos aspectos trabajar con quien sea, para el bien común, incluso con los católicos. La relación con ellos no debe comprometernos en una comunión que ignore los principios doctrinales. Usar una institución que “aparentemente” es de trasfondo evangélico, para propagar las doctrinas católicas no tiene sentido. Si lo que se busca es ganar un gran mercado, y hacer un buen negocio, amen; nada tengo que objetar, pero es bueno saberlo, porque debemos distinguir entre doctrina y principios, versus negocio y rentabilidad.
BIBLIOGRAFIA
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