Tuesday, October 01, 2013
Representantes de la Iglesia Evangélica y la Iglesia Católica buscan llenar de credibilidad al Consejo Nacional Anticorrupción de Honduras, una organización creada para diseñar políticas de prevención y combate de la corrupción en los organismos públicos.
La medida es adoptada debido al descrédito, la politización, y pobre desempeño en su lucha contra la corrupción, son algunos de los hechos que se le achacan a la institución.
La asamblea de la institución decidió crear un comité técnico que estará a cargo del ente durante seis meses, el cual estará compuesto por representantes de la Iglesia, mientras se elige a un nuevo coordinador.
Uno de sus integrantes es Alberto Solórzano de la Confraternidad Evangélica de Honduras, como representante católico está Carlos Rubio, arzobispo de Tegucigalpa. Además de un tercero, Arnaldo Bueso, de la Federación de Organizaciones Privadas de Desarrollo (Foprideh).
Como el principal reto que asumen estas tres personalidades se encuentran dar un nuevo rumbo al organismo y enmendar los errores para salvar a la institución.
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