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Familias de Pastores Ernesto Pinto y Omar Andres  Garcia

by Encuentro
El que habla sin pensar  hiere como un cuchillo, pero el que habla sabiamente sabe sanar la herida.”  Proverbios 12:18 (Biblia en lenguaje actual).-Un viejo axioma dice: La vida es un jardín;lo que siembres en ella, eso te devolverá. Así que elige semillas buenas,  y luego toma el tiempo para sembrarlas en la vida de los que te rodean.
Este es un buen día para pensar en lo que el sabio Salomón escribe en el proverbio arriba mencionado.  “La lengua de los sabios sana”.-Cada gesto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada es una semilla que siembras en el corazón de aquellos, a los cuales se las ofreces.
Así es, tarde o temprano cosecharas lo que tus actitudes siembran.
Desde que era niño me di cuenta de esta verdad: “Las palabras te sanan o te enfermante levantan o te destruyen”.  Mi profesor de segundo grado nos había asignado hacer una manualidad  y como yo no tenía un padre que me ayudará hice lo que pude. Sin embargo aún a mi corta edad mi di cuenta que no era correcto que  presentará  ese trabajo mediocre y fui a un vecino a pedir ayuda y este vecino se empezó a reír de mi trabajo. Salí humillado, desecho de aquel lugar. Otro vecino advirtió lo que estaba pasando y me llamó y empezó a albar mi esfuerzo, y mi espíritu volvió a la vida.  Al final lo arreglamos juntos. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer, este sabio y generoso señor no se cansaba de felicitarme. Gracias a Dios por aquellos que con sus palabras sanan el corazón de los niños.
Mi oración es que mis palabras y actitudes sean la semilla que haga la diferencia en la vida  de los más pequeños, los más vulnerables; nuestros hijos y/o los niños/as que nos rodean. Ellos son como un campo arado listos para recibir “la semilla”.
El agricultor conoce bien esta ley. Hay que sembrar para cosechar.
Y por supuesto si usted siembra una semilla de mango, no va a cosechar naranjas. ¡Escoja bien sus (semillas) Palabras!
Si usted es una persona que está en la formación de niños/as nunca olvide esta gran verdad. Nuestras palabras y actitudes son semillas que germinarán para bien o para mal.
Si usted es una madre o un padre recuérdese asimismo permanentemente que sus palabras son medicina. Yo acostumbro a decirle a mis hijos que los amo, que me siento orgulloso de ellos, que ellos son un regalo de Dios para mí.
Cuido mis palabras porque son semillas que el viento llevará a otros campos sin pedirme permiso.
Ernesto Pinto
Encuentro | August 6, 2013 at 4:11 pm | Categories: Uncategorized | URL: http://wp.me/p3JaRS-1n
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