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Extremistas islámicos somalíes asesinaron a 36 trabajadores de una cantera de Kenia a primera hora del martes, un ataque que estuvo centrado en no musulmanes como ya ocurrió en el asaltó a un autobús de pasajeros hace 10 días.
Los asesinatos se produjeron en el condado de Mandera, cerca de la frontera con Somalia, y los atacantes huyeron, dijo el jefe de la policía de Kenia David Kimaiyo.
El grupo al-Shabab, que ha estado luchando durante años para establecer un gobierno islámico de línea dura en Somalia, se atribuyó la responsabilidad por los asesinatos.
Peter Nderitu, que trabaja en las instalaciones, dijo que un grupo de unas 50 personas fuertemente armadas entraron en su campamento cerca de la mina a las 12:30 a.m. mientras los hombres dormían y realizaron disparos de advertencia.
Nderitu dijo que cuando oyó los disparos corrió a esconderse en una zanja desde donde pudo escuchar cómo les pedían a sus compañeros que recitasen la Shahada, una declaración de fe en un único dios. Después se produjeron disparos. No salió de su escondite hasta dos horas después, cuando se aseguró de que no había más movimiento. Explicó que los cuerpos de sus colegas estaban en dos hileras y casi todos habían recibido un disparo en la nuca.
Un vocero presidencial, Manoah Esipisu, dijo que los atacantes eran alrededor de 20 hombres armados y añadió que el campamento estaba en la zona de Koromey, a las afueras de la ciudad de Mandera. Los atacantes señalaron a los no musulmanes y los mataron, dijo la policía.
El portavoz de al-Shabab, el jeque Ali Mohamud Rage, dijo que el último ataque era una respuesta a la presencia de tropas keniatas en Somalia y a las supuestas atrocidades cometidas por los soldados allí, como un reciente ataque aéreo. El grupo extremista dijo que ese ataque había matado a gente inocente y destruido propiedades. El gobierno de Kenia señaló que esa acción se produjo tras el ataque a un autobús de pasajeros el pasado 22 de noviembre en el que al-Shabab mató a 28 personas también en el condado de Mandera.
En ese asalto, los pasajeros no musulmanes también fueron separados del resto y baleados.
Alrededor de unos 100 no musulmanes pidieron refugio esta semana en una base del ejército en Mandera, pidiendo al gobierno que los evacuase de la zona.
El secretario de estado del presidente Uhuru Kenyatta, Joseph Kinyua, intentó convencer a los no musulmanes para que dejen la región de Mandera, cuya población en mayoritariamente keniata, musulmana y de origen somalí. Los que quisieron ser evacuados decían que no podían quedarse porque ni el propio gobernador, Ali Roba, estaba seguro en la zona. El mandatario sobrevivió a un ataque con un explosivo colocado en su coche el pasado 15 de octubre.
El ataque en la cantera se produjo horas después de que un hotel de Wajir, también en el norte de Kenia, fuese atacado por una granada y disparos, matando a una persona e hiriendo a otras 13, dijo la policía.

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