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Fallece capellán evangélico tras motín en Venezuela

El Consejo Evangélico de Venezuela (CEV) informó que uno de los capellanes evangélicos que laboraban en la cárcel de Uribana, falleció.
El motín ocurrido el pasado 25 de enero deja un saldo de 61 personas fallecidas, y 120 personas heridas, de las cuales alrededor de 90 ya fueron dadas de alta.
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El nombre del pastor que perdió la vida durante el motín, fue identificado como Segundo Camejo, miembro de la Pastoral Evangelica Penitenciaria. El CEV expresó su dolor y tristeza por los hechos ocurridos en el Centro Penitenciario de Occidente. Además solicitó a las autoridades abrir una investigación imparcial y exhaustiva que determine a los responsables de los hechos.
"La muerte del Pastor Camejo, así como el resto de las sucedidas en ese fatídico día, no puede ser vista con superficialidad. Hay un hecho innegable y es que se perdieron vidas humanas, seres que merecían ser tratados con dignidad, porque fueron hechos a la imagen y semejanza de Dios", dice el comunicado firmado por el Pastor César Mermejo, Director Ejecutivo del CEV.
"Desde el CEV vemos con preocupación lo complejo del tema penitenciario y coincidimos en que al tratamiento político del asunto, se debe sumar la experiencia de las organizaciones no gubernamentales que trabajan en la materia. Desde la Pastoral Evangélica Penitenciaria tenemos una trayectoria en este sentido y estamos y seguiremos a la orden para prestar ayuda a tantos que requieren de una mano amiga y desinteresada en condiciones tan especiales", indica el comunicado.
El Consejo agradece el reconocimiento que el Ministerio del Poder Popular de los Servicios Penitenciarios da a la labor de los pastores, pero exige que dichas “palabras se traduzcan en acciones concretas que faciliten la tarea de la pastoral y eliminen las trabas que limiten el trabajo diario”.
El pastor Camejo falleció tenía 54 años de edad, de los cuales, los últimos 25 estuvo dedicado al voluntariado penitenciario.
"Sabemos que su muerte no fue inútil, ya que dio su vida tratando de rescatar a los internos heridos. Seguro estamos que con manos levantadas oró al Señor hasta el final. Este siervo supo llevar en su cuerpo las marcas de nuestro Señor y labrar para este capítulo de la historia de la Pastoral Evangélica Penitenciaria un testimonio de amor y compromiso a favor de los que viven tras las rejas", dijo Mermejo.

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